El concepto y sus orígenes
A fines del siglo pasado (¿suena fuerte esto no?), la psicóloga Carol Dweck, considerada una de las más importantes investigadoras del mundo en los campos de la personalidad, la psicología social y la psicología del desarrollo, definió los términos de mentalidad fija y mentalidad de crecimiento para describir creencias implícitas que las personas tienen sobre el aprendizaje, las habilidades y la inteligencia.
¿Nuestra inteligencia, nuestros talentos y nuestra personalidad, son atributos estáticos? ¿O son aspectos que podemos cultivar a lo largo de nuestra vida?
Mentalidad Fija
Las personas con una mentalidad fija piensan que sus rasgos están ahí inalterables y que hay que aprovecharlos. De no sentirse beneficiados o satisfechos con ellos, vivirán probándose, siempre preocupados por cuan valoradas son sus cualidades en el entorno que les rodea. Esto, además genera en ellos miedo al fracaso, porque lo ven como señal de debilidad, como un defecto esto de no ser demasiado buenos en algo.
Mentalidad de Crecimiento
Quienes desarrollan una mentalidad de crecimiento, creen que sus habilidades básicas pueden ampliarse y extenderse a través de la perseverancia, el esfuerzo y el trabajo dedicado frente a una dificultad. Entienden que su inteligencia y talento, son solo el punto de partida para seguir progresando y comprenden que nadie ha alcanzado grandes sueños, sin años de práctica y aprendizaje apasionado. Son, por tanto, personas que dan poca importancia al fracaso porque saben que gracias a él aprenderán y mejorarán.
¿Por qué dos personas que tienen talentos y habilidades parecidas o incluso iguales pueden llegar a tener resultados tan diferentes al conseguir sus sueños? Sin duda, porque cada uno de ellos representa un tipo de mentalidad muy distinta la una de la otra y solo una de ellas, es la que consigue alcanzar eso que no llega de manera fácil.
Al respecto es importante considerar que, el éxito no siempre es sinónimo de hacer las cosas bien o sentirse bien. De la misma forma que los errores, nuestras debilidades o equivocaciones, no implican necesariamente falta de inteligencia o poca capacidad para alcanzar eso que anhelamos.
La Doctora Dweckt dice en su charla Ted algo que me marcó profundamente: “Cuando los educadores crean aulas donde la mentalidad de crecimiento genera la cultura del todavía, brota la igualdad”. De ahí mi compromiso con volver a conectar todos aquellos que, como yo desde el arte y la educación, buscan un mundo más equitativo y generoso.
Los tropiezos e incluso las caídas son parte de la trayectoria que iremos construyendo y en la medida que avancemos en los muchos caminos que tomemos a lo largo de nuestras vidas y que seguro a veces serán medio chuecos, en ascenso, novedosos o en bajada sorpresiva. Lo importante es seguir adelante, sin perder el foco de lo que nos motiva.
¿Cuál es la mejor manera de comenzar con nuestra propia revolución de mentalidad?
1.- Estimula tu curiosidad y el aprendizaje continuo en todo aquello que te inspire.
2.- Cultiva la resiliencia para aceptar el feedback positivo o negativo de tu entorno y utilízalo para mejorar.
3.- Asume que reconocerte no pasa por pensar “soy bueno” o “no soy bueno” en algo, sino por superarte.
4.- Admite que todo pasa por reconocer que practicando y trabajando intensa y dedicadamente uno crece y mejora, independientemente del “nivel” y sin competir con nadie más que con uno mismo.
Ten la certeza de que puedes ser mejor. Éxito¡
Puedes conocer más sobre este tema entrando aquí: Charla Ted Dra. Dweck