Recuerdo muy bien el momento en que decidí volver a emprender. Era julio, habían pasado unos días desde mi cumpleaños y sentada en mi departamento frente al computador (y al mar ?), leí una frase en una red social que decía: Sueña en Grande. Yo por supuesto cual Quijote y sus alucinaciones mágicas, vi con todas sus letras: VANIA, SUEÑA EN GRANDE.
Siempre me han inspirado las grandes causas y por supuesto, los grandes sueños. A lo largo de mi vida, he trabajado duro y con todo mi corazón por ello. Por eso, inmediatamente después de esa clara señal del universo, saqué mis lápices más bonitos, el papel con textura y color que más adoro, mi agenda inseparable, preparé mi té favorito y me senté mirando el mar, con una idea fija: es tiempo de soltar, para dejar entrar nuevas oportunidades. Era sin duda alguna, el momento de empezar a conectar con mi propósito de vida.
La semana pasada, subí a Instagram una cita de Mark Chussi que decía: “No malgaste su vida decidiendo. Si quiere perseguir sus sueños, hágalo ya.” No es menor esta frase. Dudar, no atreverse, procrastinar o autoboicotearse, puede llegar a ser uno de los principales impedimentos que tiene un emprendedor, un profesional, un trabajador o cualquiera de nosotros, para avanzar en sus objetivos.
Es que no es fácil no pasar por todos estos sentimientos, cuando durante tanto tiempo te han dicho lo valioso que es la estabilidad laboral, los ingresos fijos, aspirar a la casa propia, el auto, un estatus, una carrera académica o empresarial y por supuesto, la colección de títulos (siempre me acuerdo de Chema diciéndome: Lú , no mola nada eso de la titulitis ? ).
¿Entonces, que tenía claro esa noche que decidí volver a soñar en grande?
1.- Actuar: Nunca habrá un momento perfectamente ideal.
La diferencia entre un emprendedor y alguien con buenas ideas es sin duda alguna, ser capaz de pasar a la acción y dar ese fundamental primer paso para echar a andar su proyecto. Hablar de metas, anhelos, sueños es inspirador, pero nada pasa si no se actúa.
Puedes tener decenas de estupendas ideas de negocio, pero eso no basta para hacerlas realidad, ni para lograr el éxito que anhelas. Debemos ser pensadores, pero también hacedores lo antes posible. Entrar en el delirio de la perfección para lanzarnos a trabajar por nuestros sueños, solo va retardando el progreso. El momento ideal no es cuando todas las condiciones son las que esperamos, sino cuando concretamos la fase uno del plan y somos capaces de avanzar a la siguiente con determinación y entusiasmo.
2.- Mentalidad de Crecimiento.
Pegado a esto, es fundamental tener en cuenta que emprender, no solo implica preparar un buen plan de negocios, definir una visión clarificadora, tener eficientes canales de comercialización o potentes estrategias de marketing. Tampoco basta con acumular tips, ebooks, información o querer ser experto en todo.
Emprender requiere de una mentalidad en las que la valentía, el optimismo, el rigor, la perseverancia, el amor propio y la tolerancia al fracaso (aprender en cada tropiezo), son fundamentales. Reconocer nuestras vulnerabilidades, automotivarnos, no depender de fondos concursables, de auspiciadores caídos del cielo o de condiciones ideales, es muy importante.
3.- No te compares con los demás.
Siempre habrá alguien que nos lleva camino adelantado o que hará ciertas cosas mejor que nosotros, y pretender estar disfrutando de los mismos resultados de otros que iniciaron el camino mucho antes, no es justo ni bueno. Inspírate, aprende de sus aportes, súmate a sus redes, enriquécete de su experiencia, pero no pretendas ser como otros, porque cada uno tiene su propio proceso de arranque y desarrollo. Concentrarnos en alcanzar la mejor versión de nosotros es lo realmente importante.
Todos quienes han desarrollado su espíritu emprendedor, saben que nada resulta fácil ni se consigue de la noche a la mañana. Pasamos por un período en que andamos como en una realidad paralela perfeccionando esa idea que seguramente, nadie podrá conseguir sacar de nuestra cabeza. Ahorramos recursos, focalizamos y vamos ajustando nuestra agenda a un trabajo muy acotado, que es el que orienta nuestra ruta y nos permite saber en qué invertiremos nuestro tiempo y energía los próximos meses.
Claramente, no existe ninguna super estrategia infalible para emprender y triunfar. Sin embargo, puedo dar fe de que, si eres capaz de definir tu real propósito de vida y conectar con tu pasión, talentos y habilidades, estarás dando el primer gran paso para avanzar en ese camino propio que quieres transitar hacia ese lugar, donde nuevas experiencias van a enriquecer y dar un nuevo sentido a tu vida.
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