Cuando empecé a reinventarme luego de dejar 20 años de carrera laboral vinculada al mundo de los eventos de impacto ciudadano, arte en la educación, administración cultural y tercer sector, investigué mucho sobre cuales eran los mejores caminos para conectar con otras pasiones postergadas, con nuevos intereses que nacen en una edad mucho más reflexiva y empática, con otros sueños que inspiraran mi andar en esta nueva era del talento y la transformación digital de la que me siento parte hace ya mucho tiempo.
La oferta era abundante respecto de métodos imbatibles para transformar tu hobbie en un negocio o pasar de asalariado a ser tu propio jefe en 5 pasos. Una tribu variopinta de gurús en todo su amplio espectro y diversidad, idolatrados por seguidores encandilados con un feed cuidadosamente diseñado que mostraba los placeres de viajar mientras trabajas desde una playa con arenas blancas, un portátil y conectividad wifi.
Admito que de algo había servido invertir en perfeccionarme sin becas ni ayudas fiscales y en conocer otras realidades latinoamericanas y europeas: aprendes a hacerte responsable de tu destino sin esperar que otros lo hagan por ti. También aprendes a salir adelante sin padrinos ni militancias para descubrir que en las reglas del mercado (público y privado) no son suficientes el talento y la pasión para levantar un sueño que te permita vivir de lo que amas, ni basta tener tiempo y dinero, porque aun así el éxito no está garantizado.
El camino emprendedor tendrá muchos momentos de alegría y orgullo, pero también desilusiones, frustraciones, pérdidas o cambio de planes aunque tengamos una gran idea, un gran talento y mucho corazón puesto en ello.
¿Cómo se avanza entonces, en dar los primeros pasos para levantar un negocio rentable que sea parte de la economía naranja o la economía verde? Te comento 5 consideraciones para partir.
Para aprovechar una oportunidad de negocio, los emprendedores creativos necesitan conocer a sus audiencias, realizar diagnósticos de consumo y demanda, diseñar perfiles de consumidor, comprender comportamientos de compra e identificar razones que limitan el consumo. El objetivo es preparar a tu empresa y tu marca para competir y cautivar audiencias.
Si no llevas a cabo un estudio de mercado es muy probable que no consigas los objetivos que te has propuesto por no saber cómo ni hacia dónde orientar tus esfuerzos y mucho menos cómo perfeccionar o adaptar tu producto o servicio a las expectativas/necesidades del consumidor.
Hoy, la economía naranja se ha ido ganando un espacio gracias a la aparición de las redes sociales que han ayudado a democratizar la producción de contendido y el acceso a la información, a la alta demanda por nuevas experiencias de consumo y bienestar en un mercado de nicho donde hay cabida para muchos y al importante valor que se le da a la creatividad y la innovación en el mundo empresarial. Hoy las industrias tradicionales están incorporando diseño y creatividad a sus productos para diferenciarse de la competencia, propiciando que aspectos intangibles, que son resultado del pensamiento creativo, pasen a ser elementos fundamentales en su oferta.
El aumento de empresas con triple impacto en la economía verde y el desarrollo sostenido de la economía naranja ha acelerado la necesidad de la industria creativa por generar nuevas formas de trabajo inspiradas en la colaboración, la tecnología y nuevos modelos de negocio. Unesco y el BID han puesto énfasis en realizar y difundir estudios, publicaciones, eventos y acciones dirigidas a predisponer favorablemente al mundo político y empresarial, en el desarrollo de acciones que abran una oportunidad real para el desarrollo de nuevos emprendimientos y su consolidación.
Inmediatez, cambio constante, transformación digital, colaboración y redes son aspectos que no pueden quedar al margen del diseño, implementación y puesta en marcha de un emprendimiento en el contexto de la Cuarta Revolución Industrial o Industria 4.0, que como sabemos transformará la forma en que hacemos negocios y vivimos nuestras vidas, pero a un ritmo aún más acelerado de lo que nunca podríamos haber imaginado.
2. CONOCE EN PROFUNDIDAD A TU AUDIENCIA O CLIENTE
Investigar, dialogar, acercarnos al mundo que aprecia y compra lo que tenemos para compartir aportándoles valor es fundamental para no atraer únicamente a quienes asisten mediante invitación a lanzamientos, cursos o presentaciones gratuitas.
Esto no quiere decir que invalido acciones liberadas de pago que promuevan la participación ciudadana o la invaluable y valiosa oportunidad de trabajar en gestión cultural comunitaria. Al contrario, esas son las acciones que sin duda muchas veces inspiran nuestra labor, pero si vamos a vivir de lo que nos hace felices, hay que generar ingresos recurrentes que nos permitan realizar un trabajo territorial con sentido, con impacto y alineado con nuestro propósito de vida, para liberarnos de la presión por sobrevivir y estar siempre en lo urgente.
Conocer a tu audiencia ideal, a tus fans cualificados, a tus leales seguidores y promotores de marca, es una tarea prioritaria para avanzar con éxito en el camino de un emprendimiento creativo. Sin ellos, o más bien, sin saber dónde están ellos para generar el encuentro con tu proyecto creativo, esa idea por muy genial que sea y por muy excelente que sea tu trabajo, no generará los retornos necesarios para sostenerla en el tiempo.
3. DEFINE TU MODELO DE NEGOCIO Y PROPUESTA DE VALOR
Emprender para impulsar y consolidar un negocio en la industria creativa o cultural no es exactamente igual que en otras industrias donde resuelves una necesidad o un problema. Acá más que en cualquier mercado, nuestras audiencias son movilizadas por el deseo de vivir experiencias sensoriales, emocionales, estéticas y simbólicas.
Si tu propuesta de valor está más centrada en el proceso de creación o en los intereses de la audiencia determinará el camino que tome el desarrollo de tu negocio. Si es más o menos novedosa, viable, factible y deseable también. En este sentido, solo recordar que hoy ni el precio ni la calidad, son grandes valores diferenciales al lado de tu historia, tu promesa o tus valores de marca y que una buena propuesta de valor te ayudará a crear mensajes más claros, directos y consistentes.
El proceso de dirigir un montaje, pintar, componer, bordar, escribir o coreografiar tendrá como resultado una obra única que no responde a las mismas lógicas de comercialización que tienen productos y servicios generados desde otras industrias. En este sentido, si bien es cierto el modelo de negocios se diseña desde otra perspectiva, no puede perder de vista la rentabilidad, que es algo fundamental.
Señalo esto, para no olvidar que hablemos de economía naranja o de economía verde, un negocio siempre requerirá generar más ingresos que gastos y ofrecer algo a un segmento de mercado masivo, de nicho, segmentado o diversificado que esté dispuesto a pagar por ello.
Ya sea que optemos por un modelo de suscripción, de licencias, de red punto a punto, uno con fines de lucro o sin fines de lucro, uno híbrido que integre ventas online, off line y crowdfunding u otro que desarrolles luego de trabajar en tu lienzo canvas, este nos debe permitir crear, desarrollar y captar valor para impulsar y consolidar nuestra marca.
4. PROFESIONALIZACIÓN Y PERFECCIONAMENTO CONSTANTE
Este era un tema recurrente hace ya 20 años atrás. En 1998 y 1999 mientras estuve a cargo del departamento de cultura para la región, invité a dos universidades locales a trabajar conmigo una propuesta de Curso de Gestión y Marketing Cultural. Por supuesto ya en ese tiempo el concepto marketing y otros como ventas y finanzas no eran muy populares en la industria cultural y se tendían a separar del set de herramientas de gestión.
Hoy si no comunicas, no existes. Si no tienes presencia online restringes el acceso de potenciales clientes o audiencias que están interesadas en lo que ofreces, si no te perfeccionas de manera permanente es estas áreas impopulares para el mundo del arte, la cultura o algunas marcas personales de la industria del bienestar, quedas rápidamente imposibilitado de conquistar nuevos mercados, públicos o audiencias y de conectar con una comunidad bombardeada de información y notificaciones digitales.
En áreas como la música, la fotografía, el diseño o la gastronomía hay mucha competencia y sobresalir se hace más difícil. Creativos, artesanos, gestores, productores, artistas deben actualizarse de manera permanente con ideas, herramientas, técnicas y conocimientos que hoy son muy fáciles de adquirir por medio de cursos en línea, sesiones con mentores (como las que realizo para emprendedoras de la economía verde y naranja), networking o cursos off line.
5. TALENTO, PASIÓN, PERO TAMBIÉN VISIÓN Y MENTALIDAD EMPRESARIAL.
No se puede enfrentar el desafío de emprender en base a la improvisación. Claramente eso puede ser incluso peor que quedarte en el mismo trabajo que deseas dejar hace tantos años. No bastan las buenas intenciones, ni las buenas ideas, ni el mero talento. Improvisar te puede traer serios problemas y desestabilizar por completo lo que has conseguido y por cierto, alejarte aun más de eso que anhelas.
Habrá sin duda quienes me dirán que para partir uno hace de todo, sin embargo, en un mundo esencialmente colaborativo más allá de las modas emprendedoras, ser capaz de levantar alianzas, sociedades o equipos que integren talentos para cada proceso relevante de un negocio, es fundamental.
Siempre fui crítica al uso un poco instrumental del productor o el gestor cultural, que a veces se hacía desde las compañías, artistas o instituciones. Solo se le llama para que participe en el diseño del proyecto, en el levantamiento de fondos específicos o cuando están necesitando alguien que venda sus obras y active la circulación de sus montajes o muestras o exposiciones o presentaciones o lo que corresponda según cada disciplina. A veces incluso solo los llaman para pedir asesoría y entienden que eso no debe ser remunerado porque implica solo responder algunas dudas y preguntas.
Si vamos a crecer, crecemos todos, ese es uno de mis mantras. Un manager, gestor o productor debe ser parte de la construcción de una visión movilizadora y de un equipo que avanza de manera cohesionada los primeros 3 años que son los más duros e inestables del proceso emprendedor.
Un negocio en cualquier industria requiere cubrir distintas áreas que necesitan de distintos talentos y habilidades: comunicación y marketing, ventas, planificación estratégica, distribución, temas contables y legales, diseño de proyectos o vinculación y alianzas con actores relevantes del medio que se suman a una cadena de valor.
Habrá equipos donde uno abarcará dos o más funciones, pero lo importante es que entendamos que todas las áreas son relevantes para poner en marcha un desarrollo de marca y de negocio, y no solo el talento creativo. Que no podemos pretender saber de todo o hacer todo, aunque estemos partiendo. Que necesitamos instalar una visión que nos inspire y sea el motivador cada vez que aparezcan obstáculos, problemas o momentos de desánimo y que para crecer se necesita salir de la zona de confort, hacer las cosas de manera diferente y asumir riesgos.
ENTONCES …
¿Tienes una idea de negocio? Pues bien, debes tener una estructura de trabajo que avale la potencial rentabilidad de esa idea.
¿Tienes clara tu propuesta de valor? Entonces dale visibilidad y diferénciate del resto.
¿Quieres pasar de tener un proyecto creativo a un negocio que sea parte de la economía naranja o la economía verde? Entonces ahorra, invierte, movilízate, convoca a un equipo, perfecciónate, hazte acompañar por un mentor, diseña un plan de acción y define tu modelo de negocio. Investiga e identifica tu segmento de mercado y tu propuesta de valor y avanza en todas las otras áreas que aquí no he mencionado para dar visibilidad a tu creatividad y tu talento.
Te espero en I-Lu comunidad de freelancers, gestores y emprendedores creativos para compartir conocimiento y fortalecer una red latinoamericana que impulse el desarrollo de una renovada y colaborativa industria verde y creativa.